Artrosis:
La artrosis es una enfermedad producida por el desgaste del cartílago, un tejido que hace de amortiguador protegiendo los extremos de los huesos y que favorece el movimiento de la articulación. Es la enfermedad reumática más frecuente, especialmente entre personas de edad avanzada. Se sabe, por ejemplo, que en España la padece hasta un 16 por ciento de la población mayor de 20 años y, de ellos, las tres cuartas partes son mujeres.
Epidemiología:
Principales factores de Riesgo:
Edad.
Sexo: Igual para ambos pero en mujeres a edades más tempranas (45 años).
- Mujeres: Predomina en Rodilla e interfalángicas (manos).
- Hombres: Cadera.
Herencia.
Obesidad: Cuadruplica el riesgo estar por encima del IMC normal.
Ocupación.
Etiología y descripción:
No se sabe aún con certeza cuál es el origen de este padecimiento. En la artrosis, la superficie del cartílago se rompe y se desgasta, causando que los huesos se muevan el uno contra el otro, causando fricción, dolor, hinchazón y pérdida de movimiento en la articulación. Con el tiempo, la articulación llega a perder su forma normal, y pueden crecer espolones en la articulación. Además, trozos de hueso y cartílago pueden romperse y flotar dentro del espacio de la articulación, causando más dolor y daño.
La artrosis puede afectar a cualquier articulación del cuerpo. No obstante, las más frecuentes son la artrosis de espalda, que suele afectar al cuello y la zona baja de la espalda (artrosis lumbar); la artrosis de la cadera (coxartrosis); la rodilla (gonartrosis); la artrosis de las manos, trapecio-metacarpiana (rizartrosis) y pies, que suele iniciarse a partir de los 50 años.
Síntomas:
Usualmente la artrosis comienza lentamente. Tal vez comience con dolor en las articulaciones después de hacer ejercicio o algún esfuerzo físico. La artrosis puede afectar a cualquier articulación, pero ocurre más frecuentemente en la espina dorsal, manos, caderas o rodillas.
La artrosis en los dedos parece que ocurre en ciertas familias, por lo que se piensa que podría ser hereditaria. Se ha observado que afecta más a mujeres que a hombres, especialmente después de la menopausia. Pueden aparecer pequeños nódulos de huesos en las articulaciones de los dedos. Nódulos de Heberden, en las articulaciones interfalángicas distales de las manos, o nódulos de Bouchard si están en la parte proximal. Los dedos se pueden hinchar, ponerse rígidos y torcerse. Los dedos pulgares de las manos también pueden verse afectados (rizartrosis del pulgar).
¿Las rodillas son las articulaciones sobre las que se carga la mayor parte del peso del cuerpo? No es así (puesto a que los tobillos sufren aún más carga), pero se mueven mucho menos que las rodillas, así que las expone a que sean mayormente afectadas por la artrosis. Se pueden poner rígidas, hinchadas y adoloridas, causando que sea difícil caminar, subir escaleras, sentarse y levantarse del asiento, y usar bañeras. Si no se recibe tratamiento, la artrosis en las rodillas puede llevar a discapacidad. A la artrosis de las rodillas se le llama gonartrosis.
En las caderas la artrosis puede causar dolor, rigidez e incapacidad grave. Las personas con esta condición pueden sentir dolor en las caderas, en las ingles, en la parte interior de los muslos o en las rodillas. La artrosis en la cadera puede limitar mucho los movimientos y el acto de agacharse. El resultado es que actividades de la vida diaria como vestirse y el cuidado de los pies pueden resultar todo un reto. A la artrosis de las caderas se le llama coxartrosis.
Rigidez y dolor en el cuello o en la parte de abajo de la espalda pueden ser el resultado de artrosis de la espina dorsal. También puede generar debilidad o adormecimiento en los brazos o en las piernas y deterioro funcional. Según la localización específica de la artrosis en la columna vertebral, el padecimiento se denomina lumboartrosis (vértebras lumbares), cervicoartrosis (vértebras cervicales).
Tratamiento sintomático:
Tradicionalmente el tratamiento farmacológico que se ha empleado para hacer frente a la artrosis ha sido únicamente sintomático. Debido a que la posibilidad de curar la enfermedad o de detenerla era completamente nula, el objetivo de los tratamientos se ha centrado en erradicar en lo posible el dolor y otras molestias asociadas a esta patología mediante la administración de analgésicos y antiinflamatorios. Un tratamiento muy habitual para la artrosis de rodillas y caderas es el uso de bastones y rodilleras.
En general, los reumatólogos y ortopedistas recetan analgésicos y anti inflamatorios para el tratamiento de la artrosis. Siempre se debe tener en cuenta el estado del aparato gastrointestinal, su sistema cardiovascular, la respuesta inmunológica y de alergias, así como la existencia de enfermedades pre existentes para evitar el surgimiento de complicaciones muy importantes o el empeoramiento de las ya existentes.
En la actualidad también existen opciones conservadoras de muy buenos resultados tales como:
· Aplicación de esteroides de depósito en las articulaciones (evitarlos en los pacientes jóvenes).
· Aplicación intra articular de lubricantes sintéticos de las articulaciones o sustitutos sintéticos del líquido sinovial, especialmente en rodillas y caderas.
· Aplicación intra articular de plasma enriquecido con plaquetas activadas (injerto autólogo).
Tratamiento quirúrgico:
El tratamiento quirúrgico consistente en el reemplazo articulare de rodillas, caderas, hombros y tobillos (principalmente) es una alternativa muy exitosa, el más alto nivel tecnológico en el tratamiento de las artrosis y la recuperación de la calidad de vida de los pacientes, aunque estos deben realizarse seleccionando adecuadamente a los pacientes, vigilando y controlando todos los riesgos asociados tanto al paciente como a los procedimientos quirúrgicos en sí. La limpieza artroscópica pocas veces aporta beneficios satisfactorios para los pacientes. Las osteotomías son procedimientos ya en desuso.
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